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Un estudio realizado por un equipo de médicos e investigadores de la Universidad Nacional de Seúl y publicado recientemente en la revista Archivos de Bronconeumología  indica que los tapones de moco en las vías respiratorias, detectados mediante tomografías computarizadas (CT), aumenta significativamente el riesgo de exacerbaciones graves y acelera el deterioro de la función pulmonar en pacientes con EPOC.

Concretamente, el estudio encontró que los afectados por tapones de moco experimentan un 14% más de exacerbaciones graves en comparación con quienes no los tienen, lo que sugiere que los tapones de moco, por lo tanto, no sólo deben considerarse un síntoma más de la EPOC, sino un indicador importante del pronóstico de la enfermedad.

El hallazgo demuestra que estas exacerbaciones no sólo empeoran los síntomas, sino que también elevan el riesgo de hospitalización y complicaciones, afectando de manera directa el bienestar y la capacidad para realizar actividades cotidianas de los pacientes con EPOC.

Además, los tapones de moco están asociados principalmente con exacerbaciones no eosinofílicas, es decir, aquellas no relacionadas con la inflamación alérgica, sino con la inflamación neutrofílica. Este tipo de inflamación aumenta la susceptibilidad a infecciones bacterianas en las vías respiratorias, lo que agrava aún más la situación de los pacientes. Esto sugiere que los tratamientos convencionales para controlar la inflamación eosinofílica podrían ser insuficientes para esta población, subrayando la necesidad de terapias dirigidas.

El estudio también pone de manifiesto que los pacientes con tapones de moco tienen un declive más acelerado en su función pulmonar. La disminución anual del volumen espiratorio forzado en un segundo (FEV1) es significativamente mayor en estos pacientes, lo que implica un avance más rápido de la enfermedad. Esta pérdida de capacidad pulmonar limita de manera severa la autonomía de los pacientes y empeora su calidad de vida.

Los tapones de moco, por lo tanto, se convierten, según este trabajo, en un indicador importante a tener en cuenta en el pronóstico de la enfermedad. Detectar su presencia a través de CT permite a los médicos identificar a los pacientes en mayor riesgo y ajustar sus tratamientos.

Según el estudio, intervenciones dirigidas a reducir la formación de tapones y controlar la inflamación neutrofílica podrían ofrecer mejoras significativas. Así mismo, en cuanto a estrategias terapéuticas, sugiere que el manejo de los tapones de moco debería incluir medidas para mejorar la eliminación del moco y reducir la colonización bacteriana en los pulmones. Terapias antiinflamatorias específicas para la inflamación neutrofílica, junto con tratamientos que faciliten la expectoración, podrían ser clave en la evolución favorable de estos pacientes.

Finalmente, la investigación pone de relieve la importancia de un enfoque personalizado en el tratamiento de la EPOC. No todos los pacientes con EPOC responden de la misma manera a los tratamientos estándar, y aquellos con tapones de moco requieren un cuidado más intensivo y específico.

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Autores: Kwang Nam Jin, Hyo Jin Lee, Heemoon Park, Jung-Kyu Lee, Eun Young Heo, Deog Kyeom Kim y Hyun Woo Lee