Recién diagnosticado

Informarse es fundamental para que el paciente conozca su enfermedad y cómo controlarla, pero no toda la información a la que se puede acceder a través de Internet es fiable, ya que gran parte de ella procede de fuentes no contrastadas científicamente. Por otra parte, algunos textos que pueden encontrarse en la red son demasiado técnicos, dirigidos a profesionales sanitarios, y, por lo tanto, demasiado complejos para un paciente. Por todo ello, buscar información por nuestra cuenta puede provocar ansiedad en lugar de aliviar nuestra incertidumbre. Si se hace, hay que buscar textos de fuentes expertas. Los publicados por las organizaciones de pacientes en sus páginas web pueden ser una importante ayuda, tanto por la fiabilidad de las fuentes como por la utilización de un lenguaje claro y adaptado a no expertos. 

No obstante, nuestra mejor fuente de información será nuestro médico.  

Con carácter general, y, existe una serie de recomendaciones básicas para ralentizar la evolución de la EPOC, reducir sus síntomas y exacerbaciones y mejorar nuestra calidad de vida: 

Tabaco 

La principal medida a adoptar es dejar de fumar, si se es fumador. El tabaquismo está en el origen de entre el 80 y el 85% de los casos de EPOC y la enfermedad tendrá mucho peor pronóstico si se mantiene el consumo de tabaco. 

Nuestro médico podrá ayudarnos a abandonar el tabaco. Él nos orientará, en función de nuestra historia clínica y nuestro grado de dependencia, sobre el mejor método para conseguirlo. Existen varios medicamentos para ayudarnos que han demostrado su efectividad, y también numerosos programas para dejar de fumar, tanto presenciales como online, ofrecidos por administraciones, centros sanitarios, asociaciones y otras entidades y organismos. 

Es, asimismo, recomendable, evitar inhalar el humo del tabaco consumido por otras personas en nuestro entorno. 

Vida saludable 

Introducir ciertos cambios en nuestro estilo de vida contribuirá a mejorar los síntomas de la EPOC y ralentizar su progresión. 

Cambios que deberán afectar, entre otros, a aspectos como: 

Alimentación.

Evitar el sobrepeso. 

Ejercicio físico.  

Vigilancia de la calidad del aire interior y exterior que respiramos. 

Manejo del estrés y la ansiedad.

Vacunación contra infecciones respiratorias como gripe, neumonía y covid-19. 

Además, es importante organizarse para alargar los tiempos entre las actividades diarias, descansar en cada momento en que se necesite, evitar en lo posible esfuerzos como subir escaleras o pendientes y tener fácilmente accesibles todos los utensilios de uso más frecuente. 

Y resulta esencial seguir estrictamente el tratamiento (enlace al subapartado “Tratamiento” y acudir a las revisiones indicadas por el médico.

Mantenerse en contacto con otros pacientes con la misma patología ayuda a sentirse acompañado y comprendido. Para ello, las asociaciones de pacientes son una buena alternativa que, además, proporciona también información, asesoramiento y orientación.